Tener unas uñas bonitas, ¡Es posible!

Hola de nuevo!!!

Hoy vengo a hablaros de la mala costumbre que algunas personas tienen de comerse las uñas, o su nombre técnico que es onicofagia.

La onicofagia, en la mayoría de los casos, se produce como vía de escape al nerviosismo (ansiedad, estrés, impaciencia...). La mayor parte de las personas que en algún momento se ha comido las uñas, pero este impulso es preocupante cuando dura años y se convierte en una autoagresión.

Algunos de los problemas que puede ocasionar el no poder dejar de comerse las uñas son:

- De salud: primero afectará únicamente a las uñas, éstas pueden llegar a hundirse y provocar que la piel sea más dura y rugosa, terminando con una inflamación crónica de los dedos. Las uñas pueden llegar a caerse, crecer deformadas o llenarse de hongos.Los dedos están a lo largo del día en contacto con muchos gérmenes, lo que se puede coger una infección en la boca cuando nos mordemos las uñas.

- Emocionales: cuando la persona se da cuenta que no puede dejar de comerse las uñas hace que se sienta peor. Lo que provoca bajar la autoestima ya que sabe que no puede controlar su impulso y el poco control que tiene sobre sí mismo. Esto retroalimenta la angustia lo que hace ser más complicado dejar de comerse las uñas.

- Laborales y de relación: hay que reconocer que unas uñas mordidas no son bonitas, y en una entrevista de trabajo en la que tienes que estar de cara a un público este factor puede hacer que te contraten o no. No podemos estar todo el día intentado ocultar nuestras manos. Por lo que dejar de comerse las uñas aumenta nuestra autoestima y nuestras relaciones personales.

Existen productos en el mercado para ayudar a dejar de comerse las uñas. Suelen ser amargos y normalmente funcionan, los primeros días. Es habitual que la persona que lo utiliza termina por roer el producto de las uñas, lo escupe o se lo traga y de nuevo se come las uñas.

Fuente: http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=1875

Ahora os voy a contar mi experiencia. Sí, yo me lleve como 16 años comiéndome las uñas. Como podéis ver son muchos años pero conseguí dejar de hacerlo, así que por eso os digo que TENER UNAS UÑAS BONITAS ES POSIBLE.

En estas fotos podéis ver cómo tenía yo los dedos. Son horrorosos, ahora los veo y me da vergüenza. Estas fotos son de cuando tenía unos 13 o 14 años.

¿Por qué me comía las uñas? Creo que por nerviosismo, aunque si me conocéis parece que soy tranquila, por dentro soy muy nerviosa.

El comerme las uñas me ha provocado coger infecciones en los dedos, recuerdo que una vez uno de los dedos pulgares tuvieron que rajármelo un poquito para sacar todo el pus que tenía dentro, se me inflamó bastante. También ha provocado que, al tirarme de los padrastros que me salían, me sangraran y escociera muchísimo. Además, tener unas manos así no me gustaba, pero no podía dejar de comerme las uñas.

¿Por qué decidí dejar de comérmelas? Principalmente por mi abuela. 

Mi bisabuela, madre de mi abuela, murió sin poder verle las uñas largas a mi madre (sí ella también se las comía) tras eso dejó que le crecieran. Mi abuela siempre me decía, "me va a pasar como a mi madre con tu madre, me voy a morir sin verte las uñas largas", así que principalmente por ella lo hice.

¿Qué utilicé? Cuando era chica mi madre me compraba todos los productos que había para que me las dejara de comer, me ponía guantes, intentaba pintarme la poca uña que tenía para que cuando las mirara me dijera "se ven bonitas" pero nada, no funcionaba nada, me buscaba las vueltas para poder comérmelas. 

Un día, mi tía que es esteticista, me puso uñas de porcelana  ahora sí que no podía comerme mis propias uñas. Como tod@s sabéis bajo estas uñas de mentira, las nuestras siguen creciendo y así fue, cuando me quité las de porcelana debajo tenía las mías como nunca las había visto, larguitas (no como ahora claro) aunque estaban algo débiles conseguí tenerlas largas...pero durante un tiempo. 

En el instituto, en un partido de baloncesto, el balón me rebotó de tal manera en las manos que me rompió la uña del pulgar derecho...además de tal forma que no tenía manera de arreglarlo. Tuve que cortarme todas las uñas, después del trabajo que me había costado tenerlas así de largas, y volví a recaer en comérmelas. 

Me llevé como 3 años comiéndomelas de nuevo, aunque no era como antes...tenía uña como quién dice. Hubo otra época que conseguí dejarme largas todas menos las de los pulgares, éstas eran mi escape del nerviosismo. Finalmente, éstas también conseguí dejar de comérmelas (tras mucho insistir mi novio) y desde entonces no me las he vuelto a morder. 

Como sabéis mis uñas ahora son así:

La frase de mi abuela ha cambiado "ya me puedo morir tranquila". Me siento muy orgullosa porque al final he conseguido tener unas uñas bonitas por mí misma, sin ayuda de nada. Y sobre todo cumplir el deseo de mi abuela, que cada vez que me ve me mira las uñas para ver como las llevo pintadas.

Así que ya sabéis, si os coméis las uñas y queréis tener unas uñas bonitas, poniéndole ganas se puede conseguir, hay que ser constante y tenaz.

Muchos besitos!!!